Asociación Chilena de Especialistas Internacionales ACHEI
Artículo publicado por la Revista Occidente, Nº 469, Enero-Febrero 2017.
Se nos ha pedido que hagamos un análisis del panorama planetario de este año. Debido a su complejidad lo haremos en dos artículos. En primer lugar comentaremos dos grandes temas: El declive de los anglosajones y El retorno de los chinos.
El declive de los anglosajones a contar del último tercio del siglo XVIII hasta nuestros días se produjo la hegemonía de la cultura, la economía y la política de las potencias anglosajonas. Las Revoluciones Industriales se iniciaron en Inglaterra y ello le permitió, en el transcurso de los siglos, construir el Imperio Británico, que a inicios del Siglo XX abarcaba una cuarta parte de la Humanidad y de las tierras del planeta. El Imperio se extendía por América (Canadá e Islas del Caribe) África y Asia.
En el siglo XVIII surgen los Estados Unidos de América como la gran potencia continental y a fines de1898 se consolidan como el principal poder militar y manufacturero de la Tierra. El siglo XX ha sido denominado el gran período de EE.UU. y su reemplazo al decadente Imperio Británico.
La Ciencia Económica es de habla inglesa y profesores de las universidades de Gran Bretaña y de EE.UU. han dominado los Premio Nobel de esa disciplina.
Las dos Guerras Mundiales destrozaron la hegemonía inglesa y Gran Bretaña debió refugiarse bajo el alero de sus “primos” de EE.UU. La Segunda Guerra Mundial llevó, como consecuencia, la Independencia de las colonias de África y Asia de Gran Bretaña. Inglaterra volvió a su reducida extensión en Europa y a un papel de segunda categoría incluso en el Viejo Continente.
El Brexit
El Brexit o British Exit (Salida Británica) de la Unión Europea comenzó como una simple maniobra política. El Primer Ministro Cameron, con el fin de desviar la atención de los británicos en las dificultades económicas del país, propuso realizar un Referendum sobre la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea.
Se esperaba un fácil triunfo del rechazo y de ahí la sorpresa ante el resultado positivo del BREXIT.
Expliquemos las razones que originaron este panorama.
El primer factor que demos comprender es la geografía.
Gran Bretaña son dos islas fuera del continente europeo. Y, de hecho, su política exterior ha sido, desde hace siglos, impedir que una potencia domine el Viejo Continente. Es así que lucharon contra España, Francia, Alemania y generaron alianzas contra Rusia y la Unión Soviética.
Gran Bretaña no fue invadida por los nazis durante la Segunda Guerra mundial y no sufrió las violaciones contra los derechos humanos que llevaron a cabo estos grupos en Europa.
Como consecuencia no fueron fundadores de la Comunidad Económica Europea que llevaron a cabo, en primera instancia, Alemania Federal, Bélgica, Francia, Italia, Holanda y Luxemburgo. Estos países aspiraban a crear una institución que condujera a la unidad política y superara los rabiosos nacionalismos que habían llevado a innumerables guerras, durante siglos, en el continente europeo.
Gran Bretaña no participaba de esos anhelos. Sus deseos de vincularse a la Comunidad Europea iban más por un status de libre comercio sin mayor vinculación política.
Más aún
El Reino Unido fue desplazado del poderío económico y político por Alemania, especialmente al fin de la Guerra Fría que permitió la unificación de las Repúblicas Federal (capitalista). Y la alianza franco-alemana de los años de Adenauer y De Gaulle llevó, por fin, a la emergencia de un poder dominante en el Viejo Continente.
El otro gran factor que influyó en el BREXIT fue la declinación manufacturera de Gran Bretaña y la aparición de desempleados crónicos en las antiguas ciudades industriales de Liverpool. Fue, en gran medida, la votación de estos sectores la que llevó a éxito del BREXIT.
El nuevo panorama del Reino Unido
Había, sin embargo, diversas regiones del Reino Unido que habían prosperado con la Unión Europea y votaron por su mantención. En la actualidad hay un áspero debate y más de una ha planteado su separación de Gran Bretaña.
El caso más conocido es el de Escocia que ya tuvo un referéndum que planteaba su independencia de Londres. El estrecho resultado permitió la mantención de Escocia en el Reino Unido.
Ahora se ve como una alternativa casi segura la Independencia de Escocia para permanecer en la Unión Europea.
El segundo caso es Gibraltar y se habla de una posible asociación con Andalucía para seguir bajo el alero de Bruselas.
El tercer caso son las Islas Malvinas.
Y aquí se crea un gran problema geopolítico.
Las Malvinas son la llave que permite la proyección de Gran Bretaña en el Atlántico Sur, que tiene grandes riquezas de petróleo y en recursos pesqueros. La posible soberanía de Gran Bretaña en el continente blanco depende de las Malvinas. A ello hay que agregar la importancia de los recursos militares que le permiten dominar los pasos entre América del Sur, Antártica y África del Sur.
Una independencia de las Malvinas llevaría a mediano plazo a su dependencia de Chile y Argentina. El respeto al BREXIT, a una disminución de vida de los kelpers.
Es posible que EE.UU. asuma un papel relevante en las Malvinas.
El curato es más complejo.
Londres votó por la permanencia en la Unión Europea ya que es su gran centro financiero. Su salida implicaría el fin de ese estatus y su desplazamiento por Alemania. Hay voces que plantean la ruptura de Londres con el Reino Unido.
El quinto cas es el de Irlanda del Norte que votó contra el BREXIT y se conversa la posibilidad que se integre a la República de Irlanda. Otra desmembración del Reino Unido.
Lo que queda claro es que se avecinan años tumultuosos para Gran Bretaña y su posible disolución.
Estados Unidos: Explicando a Trump
EE.UU. alcanzó su mayor poderío en 1946, cuando con un seis por ciento de la población mundial tenía un 50% de la producción de la Tierra. Esta situación se debió a que las principales potencias manufactureras competidoras de EE.UU. estaban destrozadas por la Segunda Guerra Mundial. Durante unos quince años fueron la época de gloria de la población blanca de habla inglesa y pocos estudios. Las fábricas de EE.UU. ofrecían sueldos altos, una jubilación respetable y no muchas exigencias.
Todo esto fue cambiando en la medida en que se expandió la industrialización por el mundo y paulatinamente las empresas de EE.UU. comenzaron a exportar sus fábricas a lugares donde los costos de producción eran más bajos, en especial los salarios. Paulatinamente centros como Detroit o Pittsburgh comenzaron a perder empleos. La economía interna se modernizó reduciendo la creación de mano de obra gracias a las maquinarias, creció el área de servicios que exigían un nivel de educación más alto.
Los blancos de bajos estudios perdieron sus trabajos y no encontraron empleos con igual salario. Su nivel de vida bajó considerablemente. Y vivieron como, además, debían competir con negros y latinos en las actividades de bajos sueldos.
A ello se agregó una creciente inmigración de asiáticos y latinos que, además, constituyeron una importante coalición electoral que les permitió ganar senadores, congresistas, alcaldes y triunfar en las elecciones con Obama.
Esta situación finamente generó un enorme resentimiento en los blancos pobres contra los sectores dirigentes del país, fueran políticos, empresariales o académicos.
Y esta votación fue la que descubrió Donald Trump. Y para atraerla usó un lenguaje rudo contra el Establishment.
El triunfo de Trump se debe a un electorado muy parecido al que triunfó con el BREXIT en Gran Bretaña.
El retorno de los chinos
Hablamos del retorno ya que durante siglos China fue un Imperio, que coexistió con el Romano, y de alto refinamiento, extensión territorial, elevada población y de gran poderío militar. En la época del Imperio Romano existió un comercio que se realizaba cruzando la Ruta de la Seda, atravesando desiertos y tierras escarpadas.
Con la caída de los romanos Europa entró en una gran decadencia, se fragmento políticamente y solo el papel de la Iglesia Católica permitió mantener la cultura greco romana.
A mediados de la Edad Media el genovés Marco Polo acompaño a su tío comerciante y llegó a hasta China, el Celeste Imperio. Marco Polo quedó maravillado con lo que vio y sus escritos cambiaron la mentalidad europea. Ahora se trataba de llegar a China y esto finalmente llevó a la expedición de Cristóbal Colón que descubrió América.
A principios del siglo XV el Almirante Zheng He encabezó seis poderosas seis poderosas flotas, con barcos varias veces más grandes que las carabelas de Colón. Las expediciones recorrieron diversos lugares haciendo mapas y más de un autor indica que llegaron a América, África, Asia y la Antártica. Y llevaron productos agrarios y animales entre los diversos continentes. Es así que la papa, originaria de América del Sur, se consume en algunas islas de Indonesia y que el maíz es parte de la alimentación de China.
El Emperador del Celeste Imperio ordenó que la flota volviera y cerró toda actividad externa, llevando a la decadencia que sufrió China en los siglos XVIII y XIX.
Lo que estamos viendo hoy es el retorno de los chinos al poder mundial. Y todo señala que será la potencia dominante en la segunda mitad del siglo XXI.
En el siglo XIX las potencias europeas que dominaban Asia llevaron a enormes poblaciones de chinos a trabajar en sus colonias. Obtenida la Independencia de esos países las comunidades chinas se convirtieron en los grandes empresarios y la actividad económica de Indonesia, Filipinas, Vietnam, Malaya y otros pasó a ser cuasi monopolio de los chinos.
En el Siglo XX China estableció un Estado capaz de gobernar con gran poderío bélico y que estableció una alianza con EE.UU. en 1972 con las visitas de Henry Kissinger y Richard Nixon.
En las décadas siguientes la inversión estadounidense y la apertura de su mercado llevaron a una impresionante racha de crecimiento de la República Popular China. Hoy su PIB global ha alcanzado al de EE.UU. aunque su PIB individual es muy inferior.
El Partido Comunista Chino ha sido muy pragmático, integró a sus filas a los empresarios y estableció alianzas con los emprendedores privados no solo del país sino también del exterior.
Y así, mientras en Gran Bretaña y Estados Unidos hay serios problemas económicos, en la China la locomotora avanza.
Y los nuevos países chinos tienen altos niveles de enriquecimiento. Singapur está entre las cinco primas economías del mundo y Hong Kong y Taiwán tienen ingresos similares a los países europeos desarrollados.